Crispín Portugal Chávez falleció el miércoles 18, una fecha cara para él pues su padre murió el mismo número de día del mes de enero de este año y Crispín nació el 18 de nov. de 1975. Ha publicado cuentos junto a Los Nadies, de El Alto. También Almha, la vengadora, en la editorial Yerba Mala (2006). Fue el sexto de diez hermanos.
Decidió suicidarse ese miércoles luego de haberse despedido de su familia. Su familia no sabía nada, y él se despidió extrañamente de cada uno. (Sus amigos lo vimos una semana antes y no dijo nada el cabrón). Llegó a su cuarto (estaba viviendo solo pues había tenido problemas con su mujer, con la que tiene un hijo de dos años, llamado Dardo Camilo, a bautizarlo en los próximos días) y decidió partir bebiendo raticida. El viernes sus hermanos tuvieron que romper la puerta para entrar y encontrarlo en el piso, había estado leyendo Frankenstein de Shelley, el único libro sobre el velador. Ha dejado cartas para sus amigos y familia, según sus hermanos, pero eso se podrá ver el miércoles que viene, luego de que la policía revise sus cosas.
Al velorio asistieron sus amigos de radio Wayna Tambo (Crispín hacía antes un programa que se llamaba El pacha blues). También asistió Virginia Ayllón y los que somos de la carrera de literatura y los que publicamos en la editorial. Llamaron de Argentina, los del Colectivo 7, que estaban editando el documental de la editorial.
Se veló anoche y hoy se lo enterró a las 3 p.m.
Antes del entierro fuimos a la casa donde trabajaba con su padre y sus hermanos, no sabíamos que era carpintero y que Crispín siempre ayudaba en las tareas desde niño, y era el más cercano a su padre. Sus hermanos nos enseñaron su lugarcito de trabajo, la música que escuchaba. Mientras ponían el féretro en su lugar de descanso favorito, donde hacia su siestita, pusieron la grabación de su programa en el Wayna Tambo. Había poemas de Saenz recitadas por Crispín, eran versos sobre la muerte, y Crispín se despedía de sus oyentes diciendo: “hasta siempre”. Pareciera que Crispín, en su obra, en sus cosas, en su forma de ser, siempre pensaba en la muerte, en morirse. Una de sus hermanas dijo que una de sus cartas de despedida dice: “siempre he pensado en morirme, menos un día como hoy”.
No supimos entenderte, en tu Almha, la vengadora, al principio ya decías sobre ti, tu padre y tu hijo:
¿Ese autor existe? Y en tu último capítulo, Crispín, dices:Porque la esperanza
vieja y joven contesta
siempre a un destino
ciego, joven y viejo.
............................D. Camilo, LUZ CIEGA.
La chica apareció desmedida, imponente; alzó los brazos. Vomitó clara y poderosamente:Parece que todo ha sido premeditado, desde siempre.
¡QUIERO MORIR, GRITARÉ, HASTA CUMPLIR MI SENTENCIA!
Beto Cáceres
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