miércoles, 3 de junio de 2009

Dos poemas de Washington Cucurto


La ciudad

Pese a todos los libros de cartón mal armados; mal pegados;
pese a todas las palabras y los pensamientos tilingos,
sobreviviremos.

Mail tras mail y puño por puño, sobreviviremos.

Construiremos otra ciudad, otro barrio de Once,
otra estacion ferroviaria, otra plaza,
si estamos juntos, solo juntos, compañera de todo;
pese a la bronca y la violencia construiremos un mundo
nos levantaremos con ganas, como me decís en tus mensajes:
¡qué ganas de verte; cómo te extraño!

Librito tras librito, construiremos todo de la nada,
¡El barrio estará orgulloso!

Cuántos mas libritos de cartón fabriquemos,
mas niños los leerán.

Construiremos caminos, puentes, obeliscos y casas,
y al final del camino una prole de críos nos dirán gracias.

Comenzaremos unidos y terminaremos en pedacitos
de otros que son como nosotros;
hijos, solaris, compañeros, soñadores y esclavos.

Esta ciudad nos recordará a otras
se meterá de prepo en el alma de otras.

Acá estará siempre Buenos Aires, Nuevo Once,
La República de todos.
A un cartonero

* * *

Una cartonería en Buenos Aires

¡Cómo les explico, señores lo que es una cartonería en Buenos Aires!
No hay palabras para semejante despropósito de amor.
El poeta al final del día tampoco encuentra las palabras adecuadas.
Es que no las hay.
En la calle Brandsen del barrio de La Boca, en esta tarde otoñal
late una cartonería, un tallercito donde unos jóvenes osados
fabrican los libros más lindos que vi. No soy un
bibliofilo, pero esto lo puede constatar un bibliotecario yanqui
con familia en México. O un mexicano estadounidenseado.
¡Por qué todos los bibliotecarios yanquis son latinos?

En la cartonería en Buenos Aires, están los hombres más simpáticos,
esos a los que nunca tendremos el disgusto de conocer y el placer de leer.
Que sea siempre así, en esta cartoneria donde un grupo de
trabajadores sueñan, pintan tapas y recortan el cartón de las calles
Pero es dificil explicarles con lujo de detalles qué es una cartonería.
Nadie lo sabe, ni siquiera nosotros.

2 comentarios:

  1. man!!!! qué rebuenos estos poemas
    sólo una cosa, el segundo texto tiene erratas
    saludos

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  2. Hay que estar en el lugar justo, en el momento justo. Esto es lo que le ocurrió y ocurre a Cucurto y por eso tiene tanto exito. En otro momento y otro lugar, sus poemas hubieran ido a la basura en linea recta. Recuerdo en una exposición de pinturas un cuadro que tenía un enorme circulo rojo con una linea horizontal. El fondo de la pintura era blanco. Decenas de personas admiraban ese cuadro. La guía de la muestra explicaba con rimbombantes términos las proporciones genialmente elegidas por el artista para pintar el circulo y la linea. Escuché comentarios de algunos visitantes que elogiaban la pintura y hasta le atribuían una energía oculta y milagrosa. Otros se mostraban maravillados ante el mensaje trascendente que entregaba tal pintura, y otros visitantes preguntaban el precio y las condiciones de pago para adquirir tal obra de tal genial artista. Pero para mi, simple mortal presente en aquella muestra, ese cuadro simplemente era un lienzo pintado de blanco con un circulo rojo y una raya horizontal, que cualquier niño de primaria podría haber pintado....

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